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La mateada

Te quiero con el alma

Espero que esta no parezca una carta de amor sino que se entienda que es una carta de sentimientos, porque vos anidaste en mi pecho y eso se siente muy bien. No haré promesas ni caeré en reflexiones que pueden cambiar de la noche a la mañana, pero quiero que sepas que sos una de las personas más importante de mi vida y lo serás por siempre. Eso nunca va a cambiar.

Alguna vez te lo dije y hoy lo ratifico: “gracias, por cruzarte en mi camino” y ayudarme a descubrir que existe ese mundo que se dispara cuando la sangre comienza correr y empieza a quemar. Y cómo quema, por Dios, cómo quema. Quemó al quererte y calcinó al perderte, pero volvió con toda su calidez el día que nos permitimos volver a tocarnos.

Ahora, en esta nueva etapa, me llevo lo mejor de vos, y voy a buscar lo que no quisiera perder nunca, que es ese calor que nos ayuda a saber que no estamos solos (a mi me ayuda), y saber que hubo pasos que se pisaron sobre marcas que dejaste o que dejé, sin que importe el orden pero que significa que un tramo de esta vida marchamos juntos.

Tu vida me hace mucho bien. Pensarte me trae ahora una sonrisa y no me arrepiento de que antes me haya traído dolor: te lloré por temor a perderte y me dolió tu ausencia, porque pensé que volaste para siempre; me dolió la incertidumbre de no saber si volvería a escuchar tus disparates, tu risa loca, tus canciones, tus historias, tus reflexiones y hasta tus silencios.

Pedirte perdón por lo que no fue sería novelar esta historia y si ello ocurriera, según mi manera de ver, sería minimizar nuestras vivencias. Tampoco puedo asegurarte que no volverá a pasar, pero si escribo esto es porque tengo la convicción de que trabajaré para que no suceda, aunque al fin y al cabo, vos sabés muy bien que sólo me superó la circunstancia.

Así como te amé con un amor sin medidas, ni restricciones, desde el primer día que te conocí, te respeté con convicción. Me impresionó mucho tu vida pero más me impresionó tu fortaleza.

Siempre, cada minuto desde que te paraste delante mío por primera vez, te miré con respeto. Habrá sido eso lo que tanto enojo me producía al escuchar cosas que no quería ni podía compartir y volví a fallar en mi intento de llegar a vos. Si todo volviera atrás, algunas cosas la corregiría de inmediato, pero también se que sabiendo quién sos, dejaría otras tal como sucedieron, para que me marques el camino y me muestres el sendero que hoy vislumbro, y sobre el que comienzo a caminar.

Estoy muy feliz de poder recuperarte desde el lugar que siempre quise tenerte: desde donde pueda quererte sin dolor, te dije siempre, y eso implica quererte con compromiso, con ternura, con mucha entrega, sin egoísmos de ningún tipo.

Siempre, SIEMPRE, será un placer abrazarte y sentirte, pero no desde el lugar que cualquiera nos puede dar: yo te quiero de verdad y te quiero con mis fibras, con mi esencia, con la razón y con los sentimientos. Siempre supe que no moriré si no te tengo, pero hace mucho bien saber que estás.

Me anima tanto esta posibilidad de comenzar a conocerte desde otro lugar, que mi propia vida tiene un nuevo sentido. Tengo conciencia de que no te voy a idealizar y de que nunca lo hice, pero me siento capaz de disparar, esta vez, lo mejor de vos porque pensarte, desde hace un tiempo, me dispara lo mejor que tengo. Y acá lo importante es haberlo logrado, me parece.

Quizás todavía no pueda responderte porqué no pude ocuparme de mi. Algo habrá pasado en algún momento que no logro identificar pero siempre supe que empecé a perderme. Nada de lo que hice, de lo que alcancé, de lo que pude tener, tenía sentido: la razón me permitía darme cuenta que debía disfrutar de mis logros, pero nunca lo hice: el trabajo de reconstrucción es lento, pero es gratificante.

No se hasta dónde llegaré, pero te aseguro que esta marcha ya tiene sus frutos. Es probable, te decía, que caiga o tropiece mil veces, pero hoy tengo la convicción de marchar sin pausas (o al menos, sin retrocesos), en la búsqueda de ese tipo que lucha desesperadamente por ser, en un contexto diferente y con el compromiso a flor de piel.

En esa búsqueda, en esa empresa, fuiste el motor. Y por eso a veces me escuchás decirte gracias, porque con ese gracias resumo todo lo que significás para mi.

Yo puedo solo, así como vos también podés. Yo se que no quiero solo, y eso me hace mucho bien.

Y me comprometo a respetar tus tiempos, tus momentos, tus decisiones. Y te ofrezco, para siempre, mi amistad y mi afecto. Te lo escribo para que lo sepas: contá conmigo para siempre, con lo positivo del que fui y con lo sincero del que viene.

Te quiero con el alma.

2 comentarios

yareli -

jejejejejeje
voten
por
kudai,katy.perry.paramore,motel,pxndx
ok
alomejor
estoy
loca
por
ellos
bueno
bye
uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
chido
si
estos
son
sus
cantantes
favotitos
jejejejejejejejue

Afterglow -

Wooooow! me encanto lo que escribiste! tu post tiene mas de un año pero igual te dejo este comentario. En estos momentos yo estoy escribiendo algo muy parecido para alguien super-especial para mi, como seguramente lo es esa persona para vos. Te encontre mientras busco si hay otras personas que sientan lo mismo, y omg! somos un monton! Hermosas palabras las tuyas ;) gracias!